Comentaba hace tiempo que no me gustan las intervenciones artísticas que alteran un paisaje de manera perpetua, que prefiero las instalaciones en el medio natural que duran lo justo para que el público pueda disfrutarlas sin llegar a dañar el entorno en el que se encuentran, devolviéndolo luego a su estado original. A veces, paseando por alguno de esos pueblos deshabitados que salpican cada vez más nuestra geografía rural, me fijo en cómo la naturaleza va recuperando terreno, invadiendo lentamente las construcciones abandonadas que un día ocuparon el espacio que ahora reclaman de nuevo los árboles, los insectos y los animales, en un intento de reestablecer el equilibrio natural perdido.
Si os habéis topado en cualquier feria de arte contemporáneo con alguna instalación del artista brasileño Henrique Oliveira o habéis visitado alguna de sus exposiciones, lo primero que llama la atención son las dimensiones y el impacto visual que provocan las piezas. Después, a mí personalmente, me transporta a aquellas visiones de raíces trepadoras envolviendo los muros de casas abandonadas como si no hubieran olvidado que ese lugar les perteneció tiempo atrás.
Yo, como mero espectador aficionado al arte, me quedo siempre con la impresión personal que me provoca una obra, la que hace aflorar emociones básicas. Ya desde un punto de vista más analítico, desde la crítica fundamentada en el concepto y en el mensaje que el artista intente transmitir, puedo decir en función de lo que leo sobre su obra, que Oliveira busca una simbiosis entre arte, arquitectura y naturaleza, experimenta con diferentes disciplinas artísticas para que el espectador se sienta invadido por las esculturas, desarrollando un arte híbrido que entabla conversaciones entre lo urbano y lo natural, el arte y la ciencia, lo orgánico y lo estructural.
No solo recomiendo su trabajo por el resultado final de sus instalaciones, también hago siempre hincapié en la labor artesanal que hay detrás de cada proyecto. En una época en la que la tecnología va desplazando poco a poco los oficios tradicionales, me encanta que sigan apareciendo artistas que utilizan materiales orgánicos y herramientas comunes para dar forma a sus creaciones.
Aquí os apunto su página web por si queréis indagar más en su obra: www.henriqueoliveira.com