Hace tiempo que sigo los proyectos de Evgenia Arbugaeva, colaboradora habitual de The New Yorker y Time en reportajes sobre naturaleza y medio ambiente. Ya hablé en este blog de uno de sus trabajos más conocidos, Weather Man, en el que la fotógrafa rusa viajó a una lejana zona del ártico siberiano para fotografiar el día a día de Vyacheslav Korotki, un meteorólogo que trabajaba aislado, en medio de la nada, recogiendo datos climáticos en una apartada estación de observación. Evgenia nació en Tiksi, un minúsculo pueblecito a orillas del Océano Ártico, así que está más que familiarizada con el frío, con las largas noches polares y con los lugares remotos, y así lo refleja en su obra. Hace poco me enteré que en uno de sus proyectos más recientes, mientras realizaba fotografías de la comunidad indígena Chukchi, que continúan sobreviviendo en el ártico practicando la caza de subsistencia, descubrió que un biólogo marino llamado Maxim Chakilev había estado estudiando los cambios en el comportamiento de las morsas durante los últimos 10 años en una playa del Cabo Serdtse-Kamen, en el estrecho de Bering. Era 2018.
Tras contactar con Chakilev, viajó dos años después, en 2020, a aquella remota playa de la península de Chukotka donde las morsas encuentran un lugar donde descansar. Le acompañaba su hermano Maxin, como en todos sus viajes. Allí pudo comprobar de primera mano los estragos que el cambio climático está causando en estas latitudes. El aumento de la temperatura del mar provoca que los grandes bloques de hielo que utilizaban las morsas como refugio se derritan. Se ven obligadas entonces a recorrer larguísimas distancias hasta alcanzar tierra firme y llegan exhaustas y en grupos demasiado numerosos, lo que causa una concentración desmedida que tiene efectos catastróficos.
Durante las semanas que Evgenia y su hermano acompañaron al biólogo Maxim Chakilev en sus observaciones, grabaron en video algunas secuencias que dieron lugar a un corto documental de unos 20 minutos y que titularon Haulout, que es el término que se utiliza para describir los grupos de morsas, focas o leones marinos que se juntan para descansar en un determinado lugar, generalmente grandes bloques de hielo flotantes. Las notas de Chakilev indican que los años con mayor aumento de temperatura han sido también los de mayor mortalidad para las morsas. Comenta que las morsas rara vez pisaban tierra y que la falta de los grandes bloques de hielo desde donde buceaban hacia los bancos de moluscos para alimentarse, hace que cambien sus costumbres naturales y se vean obligadas a recorrer grandes distancias para encontrar refugio, muy lejos de esos bancos de moluscos que les proporcionaban alimento.
Esta es la primera incursión de Evgenia Arbugaeva en el mundo de la filmación. Todos sus anteriores trabajos habían sido únicamente fotográficos. Como dato curioso, comentar que fue ella la encargada de fotografiar a la activista Greta Thunberg como persona del año para la portada de la revista Time en 2019. Entre sus porfolios más interesantes voy a recomendar un reportaje del número de abril de 2013 de National Geographic sobre buscadores de colmillos de mamut en el ártico ruso o también la serie Tiksi, donde fotografió su lugar natal en la república de Yakutia, siempre con un estilo muy onírico, con imágenes en las que intenta atrapar los lazos emocionales que mantiene con esos paisajes en los que se crió y las personas que los habitan. El vídeo del cortometraje se puede ver en el canal de Youtube de The New Yorker. Aquí os dejo el link, espero que os guste: HAULOUT, DE EVGENIA ARBUGAEVA.