PAISAJES EMOCIONALES II

Es curiosa la capacidad del cerebro para idealizar los recuerdos, esa instintiva manera de engañarnos a nosotros mismos, de generar situaciones agradables suavizando la parte dura de muchas experiencias. Por eso nunca me atrevo a recomendar muchos de los lugares que he fotografiado, porque tras las emociones que transmite la fotografía se esconde un impacto físico y mental que no se puede reproducir de nuevo, una sensación que no van a encontrar las personas que busquen ese lugar y unas emociones distintas a las que yo viví cuando capturé la imagen. No sabría cómo explicar esa involuntaria artimaña de nuestra mente para recordar un lugar en función de la hermosa sensación que nos provoca la fotografía que conseguimos y enviar a un segundo plano la dureza del recorrido. Supongo que es la manera que tenemos de premiar nuestra perseverancia en una actividad en la que pasamos tantas horas en soledad, sin nadie cerca al que contarle las penurias del viaje.

Sakoneta, Deba (Gipuzkoa). © Miguel Puche

Casi nunca pienso en mi cámara cuando alguien me pregunta por el equipo que utilizo para hacer fotos. Se creen que estoy de broma si les explico las características de mi traje de vadeo, de mi despertador Casio, de mi linterna frontal o de los mitones de caza que compré en el Decathlon, aunque lo que disparo no se parezca en nada a un arma, es solo una sencilla cámara analógica de hace la torta de años. El frío, las eternas esperas cuando experimento con largas exposiciones, los dolores de espalda o las despiadadas caminatas por la noche para llegar a ciertos lugares antes de la primera claridad del día, son algunas de esas vivencias que el cerebro se encarga de esconder bajo la alfombra para que nada contamine la maravillosa experiencia de recoger los rollos revelados días después en nuestro laboratorio de confianza y almacenar en el cajón de los buenos recuerdos la placentera sensación que nos van a dejar las imágenes que hemos conseguido guardar en un trocito de película.

Esta entrada fue publicada en Reflexiones. Guarda el enlace permanente.

Una respuesta a PAISAJES EMOCIONALES II

  1. Clara dijo:

    Hoy leí: Un artista es aquel que besa sin urgencia las piedras, hasta que éstas cobran vida…
    Parecía hablar de tus obras ?

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *