RACHEL COBB, FOTOGRAFIAR EL VIENTO

En todos los lugares del mundo existe algún tipo de viento que, por sus características especiales, merece tener nombre propio. Aquí en España hablamos mucho del Levante, la Tramontana, el Cierzo, la Galerna, el Siroco, los Alisios o muchos otros dependiendo de su dirección y dónde nos encontremos. Si cruzamos fronteras y ampliamos un poco la búsqueda, uno de los más famosos es el Mistral, que es un viento frío y seco que sopla de norte a sur a lo largo del valle del Ródano, en Francia, y que es motivo de conversación habitual entre los habitantes y visitantes de la Provenza.

La fotógrafa estadounidense Rachel Cobb, enamorada de las pequeñas villas de esta región, tan cinematográfica y con paisajes tan reconocibles, se propuso la tarea de retratar los efectos del Mistral en el día a día de la gente, los pueblos y los campos de estas tierras. Y la pregunta que surgió fue la más evidente: ¿Cómo se fotografía el viento?

Proyecto «Mistral». © Rachel Cobb

Proyecto «Mistral». © Rachel Cobb

Proyecto «Mistral». © Rachel Cobb

Proyecto «Mistral». © Rachel Cobb

 

Proyecto «Mistral». © Rachel Cobb

Me encanta recomendar cosas así porque disfruto mucho ojeando este tipo de trabajos en los que se intenta capturar la esencia de un lugar a través de un elemento concreto, que en este caso es el viento que acompaña las tareas cotidianas y el discurrir del tiempo como un habitante más con identidad propia. Y Rachel Cobb consigue su propósito de reflejar un simple fenómeno natural como parte integral de la vida provenzal, de su cultura y sus paisajes.

El proyecto, que se prolongó más de 20 años y requirió de bastantes visitas y miles de paseos, se recoge en el libro Mistral: The Legendary Wind of Provence, editado por Damiani Books.

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