En condiciones normales, este fin de semana debería estar yo paseando por el Retiro, entre casetas de libros, autores, lectores, entre gente de Madrid y los que vienen de fuera, empapándome de ese maravilloso ambiente literario que se instaura a lo largo de la primavera en las principales ferias del libro. En abril por Sant Jordi en Barcelona, también en los Jardines de Viveros de Valencia, en mayo en el parque García Sanabria de Santa Cruz de Tenerife, en la Plaza Nueva de Sevilla o aquí en el paseo de coches del Retiro. Algunas se retrasarán unos meses hasta octubre, otras se cancelarán hasta el año que viene. En fin, las circunstancias mandan y no puedo evitar recordar con cierta melancolía esos paseos con olor a papel, con colas desordenadas que avanzan hacia la firma de nuestro autor favorito, con niños que se quedan prendados con los personajes de esos coloridos álbumes ilustrados que a todos nos han hecho soñar de pequeños. Me gusta el papel impreso, me resulta cálido, me encanta el tacto al pasar las páginas, confío que llegue pronto la próxima cita. Y mientras se me pasa el disgusto, me he acordado de un trabajo fotográfico de Domingo Martín y me gustaría compartirlo aquí en el blog, al menos una de las imágenes.
La muestra se exhibió en la edición de 2019 de PHE en el Centro de Arte Moderno con el nombre de Imágenes, textos y texturas, y yo he tenido la suerte de recibir el libro, con el título de Vestigia, lo que le agradezco, y así poder admirar la serie completa en casa, con la tranquilidad que requieren este tipo de proyectos tan íntimos y personales. Se trata de captar los detalles de libretas, agendas y cuadernos de personas cercanas, esos objetos tan cotidianos que todos consideramos introspectivos, incluso espirituales dependiendo del contenido. Uno de esos trabajos pulcros que juegan con la parte visual para preservar la privacidad de las palabras contenidas en cada una de las páginas de esas libretas. Unas imágenes muy bellas para los que sentimos fascinación por el mundo del papel y de las ideas, opiniones o reflexiones que guardamos entre sus fibras de celulosa. Y como hay que seguir leyendo aunque la Feria del Libro se cancele, aprovecharé para recomendar mi lectura actual, algo ameno y ligero para estos días en los que el calor ya se va asomando, Los asquerosos de Santiago Lorenzo.