PAISAJES EMOCIONALES IV

Muchas veces he hecho referencias a la película La soledad del corredor de fondo para tratar de ilustrar las etapas de evolución artística y redescubrimiento personal por las que transitamos a lo largo de nuestra vida, en este caso sin zapatillas de running, pero con una cámara de fotos en las manos. Los momentos de destierro intencionado, las frustraciones, la necesidad de expresar nuestras vivencias, las penitencias que originan nuestros errores, la dependencia de una actividad solitaria que certifique un control sobre nuestras acciones y unas condiciones adecuadas para determinar qué queremos hacer y cómo queremos hacerlo. Todo forma parte de un proceso, lo profundo, lo complejo, lo banal, y está en nuestras manos encontrar el equilibrio necesario para recorrerlo sin perder el rumbo.

La Maceta (El Hierro). © Miguel Puche

Llegamos a ser buenos en lo nuestro a base de equivocarnos, de rectificar cuando algo sale mal. Puedo llevar un buen fotómetro en la mano y sacar un resultado técnico estupendo, pero llegar a tener “buen ojo” y conseguir que esa luz que hemos captado tenga algo especial, eso ya requiere de muchos tropiezos previos. Pasar de capturar bonitos colores a conseguir dotar de sentido visual el encuadre de nuestra cámara supone una búsqueda que no siempre fructifica. La mayor parte de maestros de las artes que han conseguido emocionarme con sus obras tienen algo en común; llegaron a ese nivel de maestría olvidando las normas establecidas, probando procesos que no se consideraban apropiados y analizando los malos resultados. A veces las reglas deben ser olvidadas, aprendiendo eso sí a gestionar los efectos que esos olvidos puedan causarnos. No podemos entender el lenguaje de la luz limitándonos a los manuales académicos, sin la maravillosa experiencia de recorrer nuestro camino paso a paso, de encontrar nuestro estilo foto a foto, de desgastar nuestras zapatillas tropiezo a tropiezo.

Esta entrada fue publicada en Reflexiones. Guarda el enlace permanente.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *