La memoria es bastante caprichosa, nunca sabes qué recuerdos van a aflorar en cada momento ni qué estímulo va a hacer que una vivencia pasada se sacuda el polvo y salga del cajón donde la teníamos almacenada. Estoy ojeando el número del pasado mes de octubre de la revista LensWork, en el que se conmemoran los 25 años de la publicación con una cuidada selección de 88 imágenes que han formado parte de este proyecto que surgió en septiembre de 1993 de la pasión y el respeto por el mundo visual del fotógrafo y divulgador Brooks Jensen.
The shortness of life. Kokoro Vol 3 No 2. © Brooks Jensen
Mientras disfruto de las fotografías de la revista, del tacto del papel, del brillo del barniz, del susurro que genera el pasar de las páginas, me viene a la cabeza un paseo por la Feria del Libro de Madrid, en el Parque del Retiro, en junio de 1997. Estoy junto con un compañero de trabajo delante de una de las novedades del evento, la carpa del libro electrónico, y éste comenta de manera categórica: “Dentro de poco ya no se imprimirán libros, las publicaciones en papel tienen los días contados”. La verdad es que yo sigo paseando por la Feria del Libro todos los años y no me canso de dar gracias de que los libros impresos no hayan sufrido aquel fulminante cataclismo que algunos anunciaban.
Blue Fog of Winter. Kokoro Vol 4 No 3. © Brooks Jensen
Lo cierto es que LensWork, al igual que casi todas las publicaciones que aún sobreviven a las efímeras corrientes culturales, a las frágiles modas y a los vaivenes del mundo editorial, también tiene su versión digital, adaptada además a distintos formatos y dispositivos electrónicos. También hay que decir que cada vez somos menos los románticos que sentimos ese placer especial de mirar con todos los sentidos, de complementar lo que ven nuestros ojos con una adherida aportación del tacto, del olfato o del oído. Pero a día de hoy, en el año 2019, en plena era de los vertiginosos avances tecnológicos, tengo que agradecer a Brooks Jensen esos pequeños momentos de paz, de relax, de silencio, de sofá, disfrutando como hace 25 años del tacto del papel de una buena revista, del brillo del barniz de la impresión, del susurro que genera el pasar de las páginas.
Simple Faith. Kokoro Vol 4 No 2. © Brooks Jensen
Vuelvo a guardar esos caprichosos recuerdos en su correspondiente cajón de mi memoria y voy a lo que quería contaros. Para los que nos dejamos atrapar a menudo por el encanto de una imagen, aquellos que creemos que detrás de una fotografía hay mucho más que los elementos que la componen, independientemente de la manera en la que decidamos disfrutar de nuestra pasión por la fotografía, Brooks Jensen comenzó hace un tiempo un proyecto personal bajo el nombre de Kokoro, un diario fotográfico con sus propias imágenes, sus comentarios, sus reflexiones y su filosofía de trabajo. Kokoro es una palabra japonesa con muchos matices, es un concepto que une la mente, el espíritu y el corazón. Si extrapolamos ese significado a una cosa y no a los seres humanos, podríamos hablar de la esencia de ese algo. Y eso es lo que este artista visual pretende transmitirnos con sus ideas, sus pensamientos y sus emociones. La pasión por las imágenes y todo lo que esconden detrás. En definitiva, la esencia de su trabajo.
Más sobre Kokoro y el trabajo de Brooks Jensen: http://www.brooksjensenarts.com/