A veces bromeo diciendo “qué viejos somos” cuando, estando entre amigos, la conversación viaja en el tiempo para rescatar anécdotas de hace mil años, dejándonos invadir por una nostalgia jovial que acaba en risas por las diferentes versiones que nuestros recuerdos guardan de un mismo acontecimiento. Dije una vez que empezamos a ser verdaderamente conscientes de lo rápido que pasa el tiempo cuando las personas a las que admiramos se van, cuando nos quedamos huérfanos de las influencias que nos han acompañado a lo largo de nuestra vida. Esta semana ha fallecido Paddy Moloney, fundador de The Chieftains y figura de esas que parecían eternas, de esos genios universales que pensábamos que siempre iban a estar ahí. Hoy el mundo celta, el folk irlandés, la música en general, pierde, a los 83 años, un referente. Un tipo pequeño que llenaba el escenario con su enorme talento.
The Chieftains se formaron en Dublín en 1962, sacaron su primer disco al año siguiente y a lo largo de estos sesenta años han colaborado con todos los artistas posibles y han enriquecido la música folk combinando su sonido característico con diferentes estilos, explorando territorios más allá de las melodías clásicas y convirtiendo un género minoritario en un arte que han disfrutado en todos los rincones del mundo. Carlos Núñez, que actuó con Paddy en numerosas ocasiones y que colaboró con el grupo en el disco “Santiago”, ha dedicado unas palabras de agradecimiento en sus redes sociales: “Nuestro querido maestro de The Chieftains acaba de partir a las estrellas. Hoy la música de Irlanda y la música celta del mundo entero llorarán esta pérdida histórica. Se nos ha ido un padre para todos nosotros. Gracias infinitas, Paddy, llevaremos tu legado hasta el fin del mundo.”
Mientras escribo esta pequeña entrada voy escuchando algunas de las canciones de los discos que todavía conservo de The Chieftains, «The long black veil» mezcla muchísimos estilos y durante unos meses no paré de descubrir matices nuevos. “Santiago” es recomendable por lo que nos toca, está dedicado a Galicia. “San Patricio”, con canciones en recuerdo del batallón de irlandeses que lucho por Méjico contra la invasión del ejército de Estados Unidos entre 1846 y 1848 tiene algunas canciones preciosas, clásicos tradicionales como “A la orilla de un palmar” con Linda Ronstadt o «La iguana» con Lila Downs. Decir también que a lo largo de su carrera ganaron seis premios Grammy y colaboraron en la banda sonora de Barry Lyndon, la película de Stanley Kubrick. Trabajaron con Ry Cooder, Van Morrison, Bonnie Raitt, Sting y muchísimos artistas más. Y como se suele decir cuando se nos marcha alguien tan respetado, nos queda su música. Gracias Paddy por formar parte de la banda sonora de mis momentos buenos, de los malos y de los regulares.